Historia de la Teoría Atómica
El concepto de átomo existe desde la antigua
Grecia propuesto por los filósofos griegos Demócrito, Leucipo y Epicuro, sin embargo, no se generó el concepto por medio de
la experimentación sino como una necesidad filosófica que explicara la realidad, ya que, como proponían estos pensadores,
la materia no podía dividirse indefinidamente, por lo que debía existir una unidad o bloque indivisible e indestructible que
al combinarse de diferentes formas creara todos los cuerpos macroscópicos que nos rodean.
El siguiente avance significativo se realizó
hasta en 1773 el químico francés Antoine Laurent de Lavoisier postuló su enunciado: "La materia no se crea ni se destruye,
simplemente se transforma."; demostrado más tarde por los experimentos del químico inglés John Dalton quien en 1804, luego
de medir la masa de los reactivos y productos de una reacción, y concluyó que las sustancias están compuestas de átomos esféricos
idénticos para cada elemento, pero diferentes de un elemento a otro.
Luego en 1811 Amedeo Avogadro, físico italiano,
postuló que a una temperatura, presión y volumen dados, un gas contiene siempre el mismo número de partículas, sean átomos
o moléculas, independientemente de la naturaleza del gas, haciendo al mismo tiempo la hipótesis de que los gases son moléculas
poliatómicas con lo que se comenzó a distinguir entre átomos y moléculas.
El químico ruso Dmítri Ivánovich Mendeléyev
creó en 1869 una clasificación de los elementos químicos en orden creciente de su masa atómica, remarcando que existía una
periodicidad en las propiedades químicas. Este trabajo fue el precursor de la tabla periódica de los elementos como la conocemos
actualmente.
La visión moderna de su estructura interna
tuvo que esperar hasta el experimento de Rutherford en 1911 y el modelo atómico de Bohr. Posteriores descubrimientos científicos,
como la Teoría cuántica, y avances tecnológicos, como el microscopio electrónico, han permitido conocer con mayor detalle
las propiedades físicas y químicas de los átomos.
Física de partículas
La Física de Partículas
o Física de Altas Energías es la parte de la Física que estudia los componentes elementales de la materia y las interacciones
entre ellos.
Las partículas
fundamentales se subdividen en bosones (partículas de espín entero como por ejemplo 0, 1, 2...) y fermiones (partículas de
espín semientero como por ejemplo 1/2 ó 3/2). Las fuerzas fundamentales de la naturaleza son transmitidas por bosones.
Se consideran 4 tipos de fuerzas o interacciones fundamentales:
Electromagnética:
transmitida por fotones la sufren todas las partículas con carga eléctrica. Nuclear débil;transmitida por los bosones vectoriales
W± y Z0 es la responsable, por ejemplo, de la desintegración b. Nuclear fuerte: transmitida por
los gluones es la que hace que los quarks se unan para formar mesones y bariones (nucleones). Solo la sufren los hadrones.
Gravitación: transmitida por el gravitón (partícula no descubierta aún). Al nivel de partículas fundamentales esta fuerza
es de escasa importancia y difícil de incluir en las teorías.
Algunas teorías fundamentales predicen la existencia
de otros bosones más pesados como el bosón de Higgs (a veces varios) que dotaría de masa a las partículas fundamentales. Los
componentes básicos de la materia son fermiones, incluyendo los bien conocidos
protón, neutrón, y electrón. De éstos, solamente el electrón es realmente elemental. Los otros dos son agregados de partículas
más pequeñas (quarks) unidos por la interacción fuerte. Los fermiones elementales existen en cuatro variedades básicas, cada
una de las cuales se clasifica en tres generaciones con diversas masas.
Las partículas se agrupan en generaciones. Existen
tres generaciones. La primera está compuesta por el electrón, su neutrino y los quarks up y down. La materia ordinaria está
compuesta por partículas de esta primera generación. Las partículas de otras generaciones se desintegran en partículas de
las generaciones inferiores.
Los leptones existen libres. Sin embargo los
quarks solo existen en grupos sin color debido a que los gluones poseen carga de color. Estos grupos estan formados por dos
(mesones) o tres (bariones) quarks. El protón y el neutrón son algunos de los bariones existentes. El pion es uno de los mesones
más importantes.
Gravedad
La gravedad es la fuerza de atracción mutua que
experimentan dos objetos con masa. Se trata de una de las cuatro fuerzas fundamentales observadas hasta el momento y está
presente de manera cotidiana, bajo el nombre de peso.
La interacción gravitatoria es la responsable
de los movimientos a gran escala en todo el Universo, ya que es la que hace que los planetas sigan órbitas predeterminadas
alrededor del Sol. Isaac Newton fue la primera persona en darse cuenta de que la fuerza que hace que los objetos caigan con
aceleración constante en la Tierra y la fuerza que mantiene en movimiento los planetas y las estrellas era la misma, y a él
se debe la primera teoría general de la gravitación, expuesta en su obra Philosophiae Naturalis Principia Mathematica.
Ley de la Gravitación Universal de Newton
La Ley de la Gravitación Universal de Newton
establece que la fuerza de atracción mutua entre dos objetos con masa es directamente proporcional al producto de las masas
de cada uno, e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que los separa.
Según las leyes de Newton, toda fuerza ejercida
sobre un cuerpo imprime a éste una aceleración. En presencia de un campo gravitatorio todo cuerpo se ve sometido a la fuerza
de la gravedad, y la aceleración que esta fuerza imprime se conoce como aceleración de la gravedad y se representa por la
letra g. De este modo, todo cuerpo que se somete a la libre influencia del campo gravitatorio (es decir, sin otras fuerzas
que interfieran, como el rozamiento) caerá con velocidad creciente.
El valor de g depende de la fuerza gravitatoria
en cada punto del campo, y coincide con la intensidad del campo gravitatorio en dicho punto. En la superficie de la Tierra
g tiene un valor de 9,8 m/seg2. Este valor de g es considerado como el valor de referencia, y así se habla de naves o vehículos
que aceleran a varios g. En virtud del principio de equivalencia, un cuerpo bajo una aceleración dada sufre los mismos efectos
que si estuviese sometido a un campo gravitatorio cuya aceleración gravitatoria fuese la misma.
Antes de Galileo Galilei se creía que un cuerpo
pesado cae más de prisa que otro de menos peso. Según cuenta una leyenda, Galileo subió a la Torre inclinada de Pisa y arrojó
dos objetos de masa diferente para demostrar que el tiempo de caída libre era, virtualmente, el mismo para ambos. En realidad
se cree hacía rodar cuerpos en planos inclinados y así medía de forma más precisa la aceleración.